Archive for the 'Steelers' Category

BROndon Calling y demás mierdas. Segunda parte.

  • ¡Oye Bro, tengo una idea pistonuda!
  • A ver, sorpréndeme.
  • Vamos a escribir la entrada como si aquí no hubiera pasado nada, sin ninguna clase de saludo especial. ¡Así la gente no se dará cuenta de que llevamos eones sin escribir ni frostis!
  • ¡ERES UN PUTO GENIO!
  • FUCK YEAH!

Bueno, bueno, bueno, muchachotes, aquí estamos los Bros del lugar con Nuere al aparato dispuestos a seguir contandoos como fue nuestra fantabulosa aventura en tierras londinenses. Así que coge el bombín, cálzate ese monóculo y prepara a leer este texto con el mejor acento british que tengas, WANKER!

Como ya sabréis, o no, mi Bro Gartzolicious está haciendo las Américas versión moderna, que es básicamente irse a Londres a ver si encuentra curro (y ya que está, una putica que le cuide (siempre que me pase mi examen psicotécnico, claro (la putica, mi Bro lo pasa por debajo de la pata (Tengo ganas de abrir un cuarto paréntesis, que me está quedando chuli este invento (jiji (si se rie jiji la chupa (¡pues que claro que la chupo!))))) (A ver que cuente si llevo bien el número de paréntesis))). ¡TOMA MORENO, OCHO PARENTESIS, NIU WOL RÉCORD! Récord de suPnormalidad, quiero decir.

35 neuronas menos.. ¡Y BAJANDO!

35 neuronas menos.. ¡Y BAJANDO!

Por donde iba (joeee, sí que volvemos con fuerza), ah sí. Pues eso, como mi Bro ya estaba instalado en Londres, me tocaba a mí hacer el petate e irme al aeropuerto de la ciudad más bonita del mundo (Bilbao, no Londres). Iba yo con mi jersey de los Packers, a ver si veía a algún otro colgado rumbo a Londres pero nada, ni un alma. Ni siquiera chavalitas dables en el avión. Desastre. Así que llegué a Heathrow, sin mayores contratiempos, me hice un par de pajas en honor a un colega jmuy fan de los aeropuertos y puse rumbo a Fulham, donde me esperaba mi colegui de aventuras, mi luna y mis estrellas, mi compañero de Golden Gates y Eiffel Towers.

Después de enseñarme su pisito molongui donde estaba viviendo, y tomarnos una birrilla (que yo ahora soy muy macho y bebo cerveza), ya que estábamos, nos fuimos el trío vascongado a cenar con unos amiguetes míos que tengo yo en Londres. Uno de ellos, cuyo nombre no diré pues cuida mucho de su imagen en las redes sociales y aparecer en este blog puede hacer que caiga al más infecto de los barros, me había recomendado una hamburguesería en la que servían “la @BarRefaeli de las hamburguesas”. ¡ojo!

A ver, más grande: ¡OJO! ¡OJO! ¡OJO! Los que me seguís en Twitter (un aplauso desde aquí, valientes que aun os mantenéis incluso a pesar de las mil gilipuarteces) sabéis que Bar y yo mantenemos una relación… complicada. Ella cuelga fotos en Instagram en las que sale con un nivel de dabilidad que se out of charts, yo le digo que está muy buena, ella pasa de mí, yo me cago en los cielos, aparece Karlie Kloss con una foto nueva, le declaro mi amor, en mi cabeza Bar se pone celosa, aparece mi bro sureño @Caleion para decirme que KK es suya, Bar sube otra foto… En fin, el amor, chicos, que es un mundo muy complicado… Todo este tostón para decir que a mí ♥Bartxu♥, porque yo la llamo ♥Bartxu♥, me pone a más no poder. O sea, RRPRRRRÁ elevado a la brutalisima potencia. Así que prometerme una hamburguesa que era “la @BarRefaeli de las hamburguesas” (así, literal, con arroba y todo (mi amigo anónimo, a pesar de su imagen social tan cuidada, también es bastante supnormal, se ríe por lo bajini en el curro mientras juega al #Triviados y tal)) era algo muy a tener en cuenta. Y ahí que fuimos, el trío más mis dos colegas en busca de la hamburguesa BarRefaeliesca. Sin embargo, el destino es caprichoso y no quería que paladease semejante manjar, al menos no sin esperar ¡DOS HORAZAS! hasta que tuviésemos mesa. Pero no pasa nada, nos fuimos a tomar una birra y pista.

No lo decimos nosotros, lo dicen las pancartas... hechas por nosotros.

No lo decimos nosotros, lo dicen las pancartas… hechas por nosotros.

Charlamos, nos pusimos al día, todo guay, y por fin pudimos ir a cenar. Combo de hamburguesa con patatas fritas, aderezadas con romero, que estaba jodidamente bueno, la verdad. En un estado estomacal mucho más adecuado nos fuimos a gozar un poco de la noche londinense. Nos os narraré toda la noche, que bastante peñazo llevo ya. Solo diré que hubo más cervezas (checas, japonesas, españolas (sí, vete a Londres para tomar una puta Estrella Damm (Yo no, ¿eh?)). Ahora que lo leo, que pena que fuesen cervezas y no zorrillas), mariconas que bebían mariconadas, grupos de mujeres que te pueden comer, bares de jevis, más cervezas, uno del Atlético de Madrid que portaba muy orgulloso su camiseta, una amiga suya que tenía un apretoncete (apretoncete, dígase de la que no está mal, pero tampoco es la repanocha. Vamos, que tú le dabas, pero tampoco te ibas a esforzar demasiado por conseguirlo (¡MIS COJONES QUE NO!)) y una vuelta a casa en bus… Por no olvidar la odisea de hinchar el colchoneto teniendo uno de los dos agujeros sin cerrar. ¡NIVEL BROs!

El domingo amaneció poco a poco. Con calma, sin prisas, tranquilamente. Mi Bro y yo teníamos planeado llegar a Wembley sobre las 14:00 hora zulú para ir metiéndonos en el ambientillo, mientras que la Lady, que es un poco pussy, pasaba de esas mierdas y tenía claro que iría directamente al partido. En su defensa diré que… ¡JAJAJAJAJAAJAJ EN SU DEFENSA DIGO, LO LLEVA CLARO! Ejem. Pero antes de todo eso nos fuimos a tomar un brunch. Bueno, bueno, bueno, pensaréis, vaya par de maricones. Pues no. Porque fue un brunch en plan BROs. Guy love, #NotGayAtAll y eso. Nos comimos los huevos, pero nada más. O sea, los huevos de gallina, no el sacrosanto lugar donde nuestro néctar del amor se almacena en forma de grumo. La verdad es que los susodichos huevos estaban muy buenos. Y este comentario tan sacable de contexto me recuerda lo dura que es la vida de los tíos a los que nos gusta el pepino. El pepino hortaliza, el cucumis sativus. No podemos ir diciendo, “pues a mí me encanta el pepino y cuanto más crujiente mejor” porque no, porque a mí me dicen eso y soy el primero en descojonarme, así que imaginaos si lo digo yo. La única vez que hablé con libertad sobre mi amor por los pepinos, la hortaliza, fue con una zagala y ella compartía mi opinión con frases tipo “sí, a mí me encanta el pepino”. No os podéis imaginar lo que me costó contenerme. En fin, además de la calidad culinaria, el sitio estaba lleno de pijas londinenses del barrio de Chelsea, braguetazos en potencia. Lo cual siempre ayuda.

Agüela, ¿A usted como le gustan los huevos?

Agüela, ¿A usted como le gustan los huevos?

Pero bueno, volviendo al partido (Aaaaahhh, que esta entrada va de un partido…), mi Bro y yo nos dirigimos rumbo a Wembley con los nervios previos normales en unos jóvenes y núbiles muchachos como nosotros. En el metro poco a poco íbamos viendo más jerseys y después de la clásica maniobra de “salgo del metro como que no quiere la cosa porque me he colado, pero oh espera, que no, que no nos hemos colado, así que vuelvo a entrar, pero a otro vagón, como que no quiere la cosa de nuevo” a la que llamaremos “the Brows in the tube move”, por fin llegamos a Wembley. La salida de la estación, como siempre, espectacular. Llegamos a las dos en punto y ahí estaban @Jmx_Smoke14 y @dikzaragoza, con sus jerseys de Patriots y Steelers respectivamente, esperándonos. Y por ahí anduvimos, riéndonos de Sánchez y de los que llevaban su dorsal, de los Ponderfull of fat a los que costaba más saltarlos que rodearlos y de ciertos sombreros gomaespumicos de dudoso valor estético.

No quisimos tomar parte en los drills  que había montados, porque tampoco había que humillar a los pobres pánfilos que estaban ahí haciendo el ridículo. Vale que no aciertes en el agujerito, tron, pero colega, ¡qué has lanzado el pase fuera del puto recinto! Me sorprendió ver varios tipos de pruebas que no recordaba de la anterior vez. Pases, kicks y snaps. Y mirásemos donde mirásemos ni uno atinaba. Tras una cervecita a precio de grumo de BROs tranquilamente sentados en un prao, nos separamos de @Jmx_Smoke14 y @dikzaragoza y nos pusimos a pajarear por los aledaños. “Pues yo a esa le daba”, “Ojo a esa patriotilla que le clavaba todo mi mástil”, “¡Ni una sola vaquera a la que domar con mi lazo, BRO!”, “¡Pues en Wisconsin solo hay vacas y gordas, BRO!”… Las clásicas conversaciones de BROs, a ver si os vais a pensar que estamos siempre hablando de cosas cultas…

Metes cuatro filtros y ya eres fotgrafo po'fesional

Metes cuatro filtros y ya eres fotgrafo po’fesional

Ya por fin entramos en Wembley, que sigue siendo una pasada, aunque no alcanza la magnitud del nuevo San Mamés (de Bilbao de toda la vida, pues). Teníamos unos sitios similares a los de la última vez que estuve (El Denver Broncos “@” San Francisco 49ers, con Tim Tebow (¡OJO!) y Troy Smith (¡DOBLE OJO!) a los mandos de las ofensivas). En uno de los fondos, lo más escorados posibles. Disfrutamos del carrerón de Adrian Peterson, un TD de Le’veon Bell (putos nombres de negros) con voltereta incluida, la recepción de Greg Jennings y ese drive final tan de Big Ben que acabó con fumble. Del partido poco voy a decir, pero a mí me encantó. Los que digan que fue una mierda será que han visto mucho football, pero para mí tuvo emoción hasta el final y eso es lo que cuenta. Vamos, ese último drive con Big Ben lanzando pases a diestro y siniestro, con los BROs instándole a gritos para que hiciera el spike más rápido (puede que también le llamáramos puto gordo en el proceso, quien sabe) no me lo quita nadie. En los detalles técnicos no vamos a entrar, que ya sabéis que somos unos inútiles y no tenemos ni idea, pero simplemente nos sorprendió lo cerca de la caja que jugaban los safeties de Pittsburgh, supongo que siempre pendientes de AD.

Por supuesto cumplimos la tradición de llevar pancartas molonguis, que posiblemente ya habréis visto por Twitter. En una de ellas alabábamos las virtudes de Christian Ponder (y no me refiero a su supuesta belleza, según cierto sector femenino) y en la otra hacíamos un llamamiento a la cordura en el podcast de @FootballSpeech. Los que estaban a nuestros alrededores coincidieron en que éramos los mejores del lugar. Que sí. Que lo dijeron. ¡PERO QUE ES VERDAD!. Pero la puta realización no nos enfocó, porque prefería centrarse en garrulos disfrazados de vikingos y putillas dables. Muy injusto todo.

¿Has dicho cereza?

¿Has dicho cereza?

La vuelta a casa fue tranquila, paciente y poco a poco. En el metro un par de aficionados a los Steelers lloraban sus penas, pero se consolaban con que Baltimore apestaba… Mi pobre Bro sufría sin saber lo que hacían sus Cowboys, aunque un afable vejete le había spoileado que al menos un TD habían anotado. Esto me recuerda lo que me sorprendió el número de personas mayores con jerseys, más o menos antiguos, de fútbol americano. Una pasada, vaya. Siempre es bueno que la afición perdure, pero vaya, me chocó ver tanto abuelete en Wembley disfrutando de la jornada.

Por fin llegamos y nuestros temores se hicieron realidad. Queríamos disfrutar del partido de los Cowboys usando mi cuenta de Game Pass, pero mi Bro creía que ese partido lo daban por Sky, por lo que la señal del Game Pass estaría bloqueada… Y así  fue. Así que nada, un stream para ver el final, con toda la desesperación, ira, enfado y mala uva que eso le causó a mi pobre chicovaca preferido… Mientras, Amidala y yo nos reíamos por lo bajini, sin que se diera cuenta para no cabrearle más, y consultábamos nuestras fantasys en busca de la victoria (Que en mi caso llegó, en las dos ligas además).

Para cerrar la noche nos vimos el último capítulo de IT Crowd, tan maravilloso como siempre. Un final muy guay y muy bonico porque además fue una de las primeras series, si no la primera, que me pasó mi Bro allá por los tiempos universitarios… Seguimos un poco el partido entre Patriots y Falcons, pero yo estaba ya para irme a la cama. Gartzo, en cambio, se quedó, que quería ver el finalaco de Breaking Bad en directo. Al final no pudo ser, que no encontró enlaces de calidad.

Y ya el lunes a la mañana pues mariconeamos un poco por Londres, fuimos a la tienda de Nike, hicimos el tonto con los cascos, nos comimos unos pancakes muy sabrosos y para terminar hicimos la paradita obligatoria en Forbidden Planet, donde añadí un par de piezas a mi ya de por sí abultada colección. Cualquier día me echan de casa. No, mis padres no, los miles de cómics que tengo…

Y ya que estamos os cuento también el viaje de vuelta, sin problemas, con una milf argentina, creo, muy dable, otra chavalita de fuera de la UE con un apretón gracioso y una azafata petable que también cogió el autobús desde el aeropuerto. Autobús en el que también iban un Clay Mathews III y un Andrew Luck, por cierto. Yo era el idiota que andaba tuiteando sobre el azafato maricón y riéndose por lo bajini.

Maravilloso fin de semana, como no podía ser de otra manera, en el que vimos jugar a Adrian Peterson, Troy Polamalu, Big Ben y Jared Allen entre otros… Casi nada. ¡Ahora cuando abra un blog llamado “Yo vi jugar a Adrian Peterson” sí que será verdad!

Como la nueva interfaz de WordPress es mierda pura, os quedáis sin video insertado. Pulsad aquí, motherfuckers!

Cool! Cool cool cool!

BROndon Calling y demás mierdas. Primera parte.

Hola a todos. ¡Qué gusto da volver a ser libre!

¡Ah! que a lo mejor no lo sabéis, y apuesto a que encima no nos vais a creer, pero llevamos meses secuestrados por una banda de malos-malísimos y todo por hacer entrevistas tan buenas a jugadores de la NFL. Lo peor de todo es que nos obligaban a usar nuestras cuentas en Twitter de manera normal para no levantar las sospechas de nuestros fanses, y cada cierto tiempo, a prostituirnos por unas decenas de míseros Euros. Lo que no sabían los imbécil es que lo hubiéramos hecho gratis…

football

En fin, que me salgo de madre. Un año más el football llega a Londres y por segunda vez, los BROs coincidíamos en un partido. Han sido 2 años de escaqueo por parte de Nuere pero como las excusas que se inventaba eran tanto o más creíbles que la del secuestro del que os hablaba más arriba, se le perdona.

Vamos a repartir nuestra odisea footballera en dos partes, básicamente porque sabemos como estirar el chicle más de lo necesario sin que el contenido se resienta (tienes mucho que aprender aquí, ¿eh, guionista hideputa de Dexter?).

Desconozco cuantos de vosotros os habéis acercado a la capital inglesa durante el fin de semana pasado, o si lo habéis hecho alguna vez con motivo del International Series, pero estoy seguro de que compartís conmigo la idea de que son unos días en los que Football y Cerveza van de la mano. Olvidaos de las muchachas, al menos de las de sin pagar, porque este fin de semana no entran en la ecuación las pérdidas de tiempo. Inciso aquí y es que podrían entrar si son otras locas del football y tenéis a vuestro BRO cerca, entonces la jugada básica a ejecutar está clara:

686 Pump F-Stop on two.

Estoy haciendo una suposición con tíos más bien feotes para darle realismo al tema. Vosotros, aprobados justicos en el test de la sepsibilidad rodéais a la moza de puntuación 8, uno por cada lado. Hasta aquí, sencillo. Intentad no ir muy pasados de rosca tampoco porque los defensive tackles de su grupo de amigas son infranqueables, incluso tendrán safeties que bajarán a la caja en cuanto deduzcan que vuestra intención no es más que penetrar el gap y correr por el centro.

Que quede claro que esta jugada está pensada para que uno de los dos triunfe, hay muchas más en nuestro PlayBROok que obviamente, no vamos a compartir así por las buenas. Es el momento pues, de que los BROs demuestren su habilidad como jál of feimers del ligoteo y conseguir la W para el elegido esa noche.

El futuro onanista ha de brillar en el Pump F-Stop ya que con ese quiebro/engaño hacia la muchacha en cuestión, ha de hacer creer a la Fea (de ahí la F) que pretende ser él el triunfador y acto seguido realizar el bloqueo de su vida. Todo por un Bro. On Two, HUT! El tempo lo podéis marcar como queráis pero cantar audibles a grito pelao’ en un bar tiene su punto… y si lo hacéis tan pronto como en un par de segundos tenéis menos probabilidad de que os vean haciendo el canelo y se vayan del bar.

Tras este BROnsejo gratuito estamos ya metidos en ambiente y es que el jueves me dediqué a charlar de football entre cervezas con varios amiguetes de Twitter. Todo rabos amigos, porque como ya he dicho, si no hay chicas footballeras está prohibido; para hacer el ridículo ya tenemos los fines de semana del resto del año. Así pues @Jmx_Smoke14 y @diegoserranoNFL tuvieron a bien quedar con el esquizofrénico que escribe estas líneas, haciéndolo además delante de la placica del Big Ben, para que se viera quien llegaba tarde y humillar a patadas en los huevos al tardón.

Y allí a la que estoy llegando bajo la estatua de Nelson Mandela (colegui del insti) vislumbro una figura solitaria, impaciente y apesadumbrada puesto que su intención no era otra sino la de volver obnubilado tras contemplar las maravillas que el Imperial War Museum tiene para ofrecer. Esfuerzo baladí para el amigo maño ya que los astutos y cabrones ingleses habían recortado muchas de las salas con la excusa de la restauración. Todos sabemos que lo que no querían era verse invadidos.

Cordiales saludos por ambas partes, apreciaciones de la grandísima camiseta que llevaba el señorito Josemix, no otra sino la de los Raiders… pero no los Raiders que vosotros pensáis, sino una con claros tintes Battlestar Galactica. Un win absoluto. Tuve que pararle los pies un poco ya que aún nos faltaba la compañía del Giant, que están por todas partes, y una vez estando todos y habiendo resuelto nuestras diferencias a hostia limpia procedimos a curar nuestras heridas de la única manera que sabemos: bebiendo. Hermanamiento Giant-Cowboy… lo que no consiga el alcohol…

La ruta triunfal de @diegoserranoNFL

Una vez en el pub que había elegido, cerquita de Trafalgar y en palabras de mis acompañantes “con las camareras más feas de todo Londres” nos pusimos al lío de presentarnos tal y como es debido. Y entre temas de football, culos y tetas y lanzando hipótesis sobre el tamaño de miembro que debía gastar una de las camareras echamos la tarde-noche. Momento cumbre fue aquel en el que teníamos un grupo de muchachas (no footballeras) que nos miraban con deseo y el azar quiso que coincidieran sus miradas furtivas con mi frase: “Pues a lo de hacer así BRRRRRRR en las tetas he sabido que se llama «Motor Boating the tits».

Todo esto acompañándolo de gestos bastante explícitos. Cuando cesaron nuestras estúpidas risas descubrimos que para más inri, era un grupo de chicas españolas. Más risas, total, ya no nos las íbamos a follar…

A una hora prudente y tras unas cuantas pintas de cerveza encima decidimos que cada uno se fuera por su lado, les acompañé al metro y les di las direcciones básicas para volver a sus hoteles. No estoy seguro si uno de los dos se dio la vuelta tras despistarme y volvió a por la azafata del rabaco, pero doy fe que la cantidad de viajes al baño que se pegó Diego llegó a resultar sospechoso. Sí, por mucho que la camarer@ siempre me sirviera a mi y yo hubiera ido como dos veces más al baño que mis amigotes. Todo legal.

Al día siguiente, ya viernes, estaba en casa sin mucho que hacer y recibí una llamada que estaré muy lejos de olvidar en mi vida, sobretodo por lo que vino después. El caso es que me llamó mi amigo Carlos, gran fan del football y sobre todo de College (se pirra por UT), que trabaja para un periódico de aquí de Londres. Os diré sin querer enrollarme demasiado que este año consiguió la acreditación de prensa para cubrir el partido y el segundo día le sobró una de las acreditaciones y se acordó de mí.

Resultado: en menos de una hora estaba en el campo en el que los Pittsburgh Steelers iban a entrenar y… fue espectacular. Creo que lo mejor que puedo hacer es enlazaos el artículo que escribió para su periódico en el que explica perfectamente lo que vivimos, incluyendo el saludar y dar la mano a varios de los jugadores. Os dejo el link aquí, en el que además tenéis las fotos disponibles más abajo. Estaré eternamente agradecido. Gracias una vez más, Carlos.

A partir de este punto muy poco puedo contar, creo que nada lo supera… bueno como anécdota no escrita está el que al abandonar todos los jugadores el lugar vi una caja llena de Gatorades y no pude resistirme a pillar uno. No era una maravilla pero salió la vena hispana: si es gratis sabe el doble de bueno. Esto es así. La noche la pasé precisamente con un fan acerero, en la que no paré de narrarle nuestra experiencia.

Regent StreetEl sábado se puso en marcha el fan rally que generalmente ayuda a los fans del football a meterse en el lío, ver a los jugadores de cerca, probarte como jugador y esas mierdas que tanto nos gustan.

Como novedad este año cerraron Regent Street para cubrirlo de parafernalia NFL y personalmente creo que deberían de seguir así en los años venideros. Los años anteriores ha sido en Trafalgar Square y aunque espectacular, el espacio se reduce muchísimo. Por esa parte Carlos y yo, que volvimos a coincidir, quedamos bastante satisfechos; se veía el ir y venir de la gente y era entretenido.

He de decir que quedamos muy tarde y tras darnos un paseo por la NikeTown para ver lo que había llegó el momento de decir adiós que llegaba mi BRO. Tenía que ir a recogerle a la estación del metro y petar el fin de semana, pero, mira… mejor dejaré que os lo cuente él. Yo me despido de momento, nos leemos pronto. Agur!

Super BROwl: Review

La Super BROwl es… como un toro. Como un toro en un encierro. Y es que Jesulín parecía tonto al decirlo, pero, ay amigos, estaba hecho un poeta. Solo hay que recordar ese temazo, “Toa, toa, toa, te necesito toa”. Bravo. La cuestión es que la Super BROwl llega, enorme, bestial, inmensa, a donde ti. Te embiste con fuerza durante unos segundo (en realidad son horas, pero segundos parecen), y después te deja baldado. Agotado y sin saber que hacer. Miras atrás y la ves alejarse, como un toro corriendo hacia la plaza…

Los números lo indican, 9 11, estamos de encerrar.

Así es la Super BROwl y así la vivimos Gartzo y el menda, en maravillosa compañía. Hacer una crónica sobre el partido en sí, sobre la Super Bowl, me resulta harto difícil. ¡Qué partido! Por eso nos centraremos en como vivimos la Super BROwl en general, desde la tarde hasta la madrugada.

Por motivos de gerencia y calidad de imagen, tuvimos que viajar hasta la Green capital, que para los incultos que no lo sepan es Vitoria-Gasteiz. Dejar mi amada villa para ir a esa urbe maldita supone un sacrificio enorme, pero por la Super BROwl, cualquier cosa. Así pues, nos recibió Amidala1613 en la “estación” de autobuses y nos vimos dispuestos a seguir los mandamientos que habíamos predicado. Antes de nada, para tomar algo, nos fuimos a Green Bay. Sí, sí, como lo leéis. A Green Bay. Vale, que igual no era el Green Bay de Wisconsin, puede ser, que solo era un bar llamado Green Bay, lo acepto, pero ¡eh!, que no se diga: Estuvimos en (el) Green Bay. Eso sí, el dueño un poco chusteras, porque al parecer no ponía fútbol americano a menos que hubiera poca gente, alegando que si no se quejaban… ¡Pringau! Una de las fantasías no-eróticas, pero que podría dar pie a situaciones sí-erótico-festivas, que compartimos Gartzo y yo es la de montar un bar “que se te cae el ojo” con pantallas enormicerridas, mesas repletas de panchitos y buena música (¡y sin anuncios del spotify!). Y en esas pantallas de un gritón de pulgadas, football. A todas horas. ¡Anda que no molaría!

Desgraciadamente en (el) Green Bay de eso no había, así que tuvimos que ver el debut de Fernando Torres con los Samsungs, y después la magnifica, inapelable, incontestable e inigualable victoria del R. Madrid ante la R. Suciedad Sociedad. Pero no aguantamos mucho más, ya que, seamos serios, no moríamos de ganas. Las tripas nos regurgitaban y no del hambre, que algunos ya se habían saciado. Los nervios podían con nosotros, y por mucho que navegásemos por la internei solo un ovoide nos podía relajar. Y así nos fuimos a Chez Amidala, con nuestras gorras (pero sin pose R(omo)edneck), nuestros jerseys y nuestras recién adquiridas muñequeras donde poder apuntar las jugadas. ¡Bueno! Si ya se cagaba la perra con lo que nos motivábamos, y flipábamos, echando unos pases “a pelo”, con la muñequera en el brazo eso iba a ser la locura. Ya me veía cantando jugadas mientras la consultaba, a lo Tom Brady. El siguiente paso es liarme con una súper modelo, aviso.

- ¿Qué te pongo? – Una Super Bowl XLIV, por favor. – Marchando una de Saints @ Colts

Cuando pudimos, salimos a la calle, y a la luz de las farolas echamos unos pases, con huddles incluidos. Todo muy yuesei. Como no teníamos una buena hoja de jugadas (está en proceso) nos contentamos con un cromo de, atentos, Justin Bieber. Sí, a eso nos rebajó el mono. No voy a relatar por que Amidala, ya que ni Gartzo ni yo poseeríamos semejante documento, tenía dicho cromo, pero diré que era por una buena causa, y casi, casi, justificable. Pues así estábamos, “vamos a hacer la yustín biber (se dice BIIIIIIIIIIIIIIBER, no Bieber, subnormal de mierda), flequillo, pantalón, manga derecha. On three. Hut”. Yo corría la ruta y Gartzo me la pasaba. Que jugadas. Que estilo. Que maestría, sí, maestría. Recepciones a una mano en carrera y jugadas de engaño. Lo que aprende uno viendo Friday Night Lights y jugando al Madden. Hay imágenes. Hay incluso un video, un video en el que se puede apreciar la paciencia que la señorita tiene con nosotros y en el que no oculta ese «PFF» tan fácil de traducir: «Con vaya par de gilipollas que me he ido a juntar».  Lo que pensaron las señoras que pasaban por allí sigue siendo una incógnita.

No estamos creando hype, ni mucho menos, o tratando de ganar visitas, como algunos pérfidos y malandrines insinúan. Simplemente lo comentamos. Lo añadiremos a esta misma entrada cuando lo tengamos listo porque nos está dando algún problema que otro. Será que somos unos cremas.

El vecindario estaba atelecido ante nuestra calidad, y seguro que más de uno pensaba “Pa’ que quiero ver yo la chuper bowl esa, si estos chavales lo hacen mucho mejor”. Fijo. Amidala, eso sí, fue un poco nena, y ni siquiera quiso hacer de Center para iniciar las jugadas… “¡Qué a aquí me conocen!”. MARICONADAS.

EDITADO Aquí está el vídeo por fin. Pura crema… (y sí, el motion está hecho con esa pierna a posta, para que se viera en cámara… ehem,,,)

Una vez pasó la calentada, nos volvimos a casa a ver como el tiempo pasaba cada vez más despacio. ¿¡Qué hacemos, pardiez, que hacemos!? Pues yo les pasé las fotos de Londres (sí, ahora, ya me vale) y las dos temporadas de The League, y luego nos pusimos Un Domingo Cualquiera, con Al Pacino dándolo todo, y el partido final. Si algún día hacen una biopic de Favre, por favor, que Dennis Quaid sea el protagonista. Es que Jack “Cap” Rooney es igualito. La peli además nos dejó la magnifica frase “este mineral se convertirá en acero de primera”, dicha en uno de esos palcos VIP durante el encuentro decisivo de la temporada. Magnifica. También nos pusimos Rudy, que es tan bonita.

Más o menos así

Después de una cenita cortesía de nuestros anfitriones, los nervios seguían in crescendo. No nos creíamos lo poco que faltaba, y las ganas que teníamos. ¡Qué empiece ya! Y a las 0:00, marcando el inicio del lunes, 6 horas antes de que nos tuviéramos que levantar, empezó la retransmisión. ¡Vamos! Todos al salón. Pantallón con el plus en HD y una mesa repleta de mierdas, como mandan los canones. Desgraciadamente, se nos olvidó hacer fotos, pero teníamos cortezas de cerdo (que ricas, tenían su parte dura y su parte blandita, que además estaba como fresquita), doritos, patatas fritas, pelotazos, ¡donuts de fresa!, filipinos, chips ahoy… Que rico todo. En los minutos previos hubo reportajes, mucha cámara aérea, nervios (y mala hostia) porque el sonido se solapaba, y más mala hostia aún cuando el sonido en ingles se iba, durante los parones, principalmente. Poner el audio de la retransmisión en castellano era duro, pero necesario.

La presentación de ambos equipos fue ES-PEC-TA-CU-LAR. De flipar, vamos. En la de los Steelers sonaba Knights of Cydonia, de MUSE, de fondo. Motivación por las nubes y no es mi equipo. Yo pensaba que la de los Packers no podía ser mejor, que Knights of Cydonia es la hostia en bicicleta y sin ruedines. Pero nada. Empieza la de los Packs y… BUENO. Wolfmother y su Joker and the Thief. La locura Josebas, todo el temazo. Si ya de por sí es bueno, el principio es perfecto para motivarte. Cámara girando alrededor, cambios de planos con los golpes de batería, mientras el tío del bigote echaba un speech motivandote (aún más) con las virtudes del equipo. Rodgers sacaba su sonrisilla de follador anal y Matthews mostraba ese par de cabezas que tiene incrustadas en los brazos. ¡VAMOS!

Y entonces vino el himno. Silence, please. Sale la Aguilera to’ emperifollada y se dispone a cantar. Gorra en el pecho y mirada al cielo. Alguna, víbora ella, se empeñaba en decir que desde el embarazo se parecía a Joaquín Reyes, con esos mofletotes. Nos da igual, leñes. Está güenorra y le dábamos nuestro amor. Y así empieza a cantar. Lagrimas a flor de piel y los pelos como escarpias. Solo nos faltaba cierta bandera que a alguien se le había olvidado. Y entonces, nuestro experto dice: “Un momento, ¿ahí no se ha colado?What? Pues no sé, ni idea, no me he fijado. “Que sí, que sí, que esta frase no la dicho” Pfffff, Joder Christina, en el evento más importante de los Estados Juntitos vas y la lías petardísima. Luego se excusó diciendo que si los nervios, que la presión, que si lo que importaba era el sentimiento y el amor por esta gran nación… Eso no la libró de una oleada de comentarios por Internet, a cada cual más divertido. Como el de @fauxjohnmadden, que comentaba que la versión de himno de la Aguilera cabía en un tweet, ya que tenía menos de 140 caracteres.

¿Porque me pitarán los oídos?

Y empezó el partido. Me sorprendió la señal, ya que siempre he pensado que los marcadores de la FOX son puta mierda, no me gustan nada y estos eran bastante majos, una barra inferior bien clara. La cuestión es que no era la señal de FOX, si no la de la NFL Network. Aparte, al principio hubo un par de parones que causaron las iras de nuestra anfitriona. ¡Ay, como se nota que está acostumbrada a la buena vida! Después de pasarte mil y un partidos viendo pixeles pelearse por otro pixel, con continuos parones, poder distinguir los pelos de la barba de Big Ben es todo un orgasmo para el paladar. Al principio tampoco se mostraban las líneas de scrimage y primer down, cagada fina… Pero bueno, así fue avanzando el partido hasta llegar al descanso.

Y con el descanso llegaron los Black Eyed Peas. Primero nos pusieron a Keith Urban, que llevaba una camiseta de “estoy to’ buenorro y ya puedo ser un yonkarra que todas las chavalillas palmean por mí”, enseñando pechamen y tal. Nunca un escote me dio tanto asquete. Luego también vimos a Maroon 5, más recatados en vestimenta, y que, sin ser de mis favoritos, me molan más musicalmente. Y por fin, el espectáculo. Rápidos como siempre, el escenario estaba montado en un pis pas, una especie de islas, con muchos bailarines por el campo. Y los BEP bajando del pantallón, con unos trajes futuristas, pads de diamantes, trajes de luces (no de torero, de luces de verdad), un “casco” a lo “¿Qué cojones?” y demás vestimentas ciencia ficción. A todo esto, ¿Cuánto les ha pagado Tron por la publicidad? Porque mother mine of the beauty love, que dicen los ingleses. Me viene ahora otra pregunta. Si la cámara está en el, digamos, lado Este del estadio, por lo que los BEP siempre miran hacía ahí, los del Oeste que hacen, ¿contentarse en mirarles los culos? Que bueno, el de la Fergie es entendible, a pesar de lo que algunos fariseos digan, pero el del resto. Apuf.

Para que elegir... Melosfo a los dos, ¡y listo!

La cuestión es que el espectáculo fue una puta mierda. Bueno, perdón, el espectáculo estuvo bien, decente. Pero como concierto, una grandiosa y puta mierda. Por favor, que estridencias, que gallos, que chillidos, que dolor de oídos, que manera de sangrar de las orejas. Ni siquiera Slash lo pudo salvar. El pobre lo tuvo que pasar fatal con la Fergie frotándosele en plan putita vietnamita. “Joder, joder, joder, que me estoy poniendo malo. Menos mal que la guitarra me tapa la erección”. Como también se comentaba por Twitter, los BEP son para escuchar en un garito a las 4 de la madrugada, en modo disco, borracho perdido, y así romperte y darlo todo. Cero conciertos, please. Que vuelvan el viejo y buen rock’n’roll.

Y la segunda parte llegó. Nervios, tensión, alegrías, cabreos, más nervios y más tensión, y por fin, éxtasis. En cuarto down, incompleto de Big Ben que decantaba el partido a favor de los Packers. ¡Vamos! ¡Campeones, campeones, oe oe oe! Bueno, que ilusión, que alegría, que felicidad. Mucho confeti (nosotros nos acordábamos del hijo de Brees, que lo miraba como si fuera lo más bonito y espectacular de mundo, con una cara de asombro, con esos cascos enormes. ¡Que ricura!), todos con sus camisetas de champions, una tía con gafas empeñada en entrevistar a Aaron Rodgers a pesar de estar rodeado de un gritón de personas. Pero jovena, vamos a ver, ya tendrá tiempo de llenarte las gafas de… Bueno, de darte esa entrevista más tarde, déjale en paz, que lo disfrute, y tú vete comprándote unos limpiaparabrisas para esas lentes, que los vas a necesitar. Apareció el cansino de Goodell, bla bla bla, Goodell muerete, estaba por ahí Barr Starr, mítico QB de los Packers, y llegó el Lombardi, de las manos de … ,QB de los Cowboys. Todos los jugadores tocándolo, sacándole fotos, besándolo, ¡ay que bonito es! Mark Murphy, el presi de los Packs, por fin coge el trofeo, lo alza y habla sobre lo bonito que es y todo eso. Ves subir a Aaron Rodgers por detrás y babeas pensando en lo que dirá, como lo celebrará y esas cosas.

Después de tres años, los reyes por fin se han dado cuenta de que quería un cinturón, y no más calcetines

¡Y pam! Se corta la señal. What? No es posible. No puede ser. No son así. No pueden ser tan HIJOS DE PUTA. Cambia a ver. Pon otro dial. No puede ser. ¿Pero vamos a ver? ¿Qué dan ahora? ¿El torneo de tenis de Shangai entre Eslovaquia y Kirguizistán? ¿Una peli chusteras? ¿Volley playa con chicas en bikini? No. No señores, no daban nada de eso, ni siquiera el clásico porno del plus, que aunque sea habría merecido la pena. Dieron anuncios. En vez de la entrega de trofeo completa, dieron anuncios. Anuncios, anuncios y más anuncios. Pero PUTA MIERDA. Seréis HIJOS DE PUTA. Que mala hostia se nos quedó a todos. Total, que entre pitos y flautas, se nos hacía tarde y al día siguiente teníamos que ir a trabajar/clase. Así que nos fuimos al sofá-cama (uno, en singular, Gartzo y yo compartiendo el sofá-cama) y sin mariconadas nos dispusimos a dormir una hora. Que muerte, por los cielos. Al día siguiente un cuto de muerte, y nosotros como dos tontacos en la estación de autobuses. Felices, eso sí, pero que muerte.

Así terminó nuestra Super BROwl, con un día de trabajo en el que parecía que estaba picando maíz de las cabezadas que daba. ¡Pero anda que no moló, ni nada! Hay que repetirlo sí o sí.

Y para terminar, un par de apuntes cortos que me acaban de venir a la mente:

–          Que alguien le diga a Mike McCarthy que el rotu Eding, si te lo vas a poner en la gorra, por detrás, se tapa, que si no, pasa lo que pasa, y el banquillo se descojona de ti porque tienes el cocorote cual compresa en plena regla…

–          Que alguien le diga a Rashard Mendenhall que vaya al oculista, que un día de estos, con un placaje fuerte se le van a salir los ojos. ¡Madre mía, que manera de abrirlos!

¿A vosotros que tal os fue?

- Se me ha congelado la sonrisa – ¡A mi los ojos!

 


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